Para poder recorrer las calles libremente necesitarás gasolina. Y para obtenerla, antes deberás ganar dinero recogiendo clientes y llevándolos hasta su destino con tu
taxi que no conoce límites cuando se trata de cumplir con su cometido, capaz de subirse por la acera, colisionar con otros automóviles e ir contra dirección. Y es que las prisas son inevitables cuando el reloj cuenta y el tiempo se acaba.